Boccaccio y El Decamerón

Cuando Boccaccio escribió el Decamerón (1349-1351), Florencia estaba arrasada por la peste, y él se recluyó para exaltar un punto de vista lúdico, sensorial y humanista de la sexualidad, con la necesaria destreza para sortear la censura religiosa de la época. En "SeX" la peste se sustituye por los efectos devastadores e irreversibles de un invierno nuclear. Los personajes saben que van a morir, o a pasar el resto de sus días recluidos en el fastuoso (por lo enorme) búnker de su anfitriona.

Junto con Manuel Sa

 

 

 

 

 

 

B o c c a c c i o

"Off", principal

  

 

 

 

"Sex" no pretende ser una adaptación de tan magna obra, ya llevada al cine por Pier Paolo Pasolini con su personalísima óptica en 1979. "Sex" está libremente inspirada en la obra de Boccaccio, actualizando el contexto, y rescatando el carácter lúdico y sensorial que propone el autor para conjurar el desastre, la muerte, la guerra, la destrucción masiva, palabras éstas tristemente frecuentes en la prensa y en las noticias de nuestros días. Las amenazas globales, reales o no, han calado en nuestras mentes, y la sombra de una "peste" o una pandemia planea sobre nuestras cabezas. Armas químicas, desastre nuclear...

 

El remedio de Boccaccio puede ser igualmente eficaz y actual: aislamiento y exaltación de los sentidos.

El Decamerón tiene diez protagonistas; tres hombres y siete mujeres, que dan lugar a la conocida estructura de libro: Cien cuentos, diez ens

 

 

por cada uno de los diez invitados. No es así en "Sex", donde los protagonistas son seis, y no existe una narración rígida de relatos, sino animadas conversaciones sobre cinco temas relacionados con el sexo, a saber: la Moda, el Dinero, la Infidelidad, la Pornografía y la Perversión.

© 2003